Laboratorio Agropecuario de Escuela Las Garzas: un lugar donde estudiantes y analistas comparten trabajos.
Desde el año pasado que, por incentivo de la Fundación Irarrázaval, el Laboratorio de la Escuela Agrícola Las Garzas, ubicada en Chimbarongo, región de O’Higgins, abrió sus puertas para que los alumnos realicen sus prácticas, siendo así, parte también de su malla curricular.
“La Fundación
Irarrázaval haces más o menos tres años nos incentivó a que utilicemos el
laboratorio para actividades de docencia”, cuenta Jaime Bascuñán director de la
Escuela Agrícola Las Garzas, por lo que se pusieron manos a la obra y abrieron
las puertas del Laboratorio Agropecuario del colegio a los estudiantes, donde
realizan el mismo trabajo que los profesionales que trabajan en él, utilizando
los cultivos y plantaciones de la escuela.
El Laboratorio existe
desde hace 40 años, es un lugar donde se hacen análisis de suelo, foliares,
compost, nemátodos y de aguas para cerca de 2.000 clientes, pero hasta esta
invitación de la Fundación Irarrázaval, los alumnos solo tenían la posibilidad
de hacer tareas de limpieza de instrumentos y observaban el trabajo realizado
por los analistas.
“Queremos que los
colegios de la RED Irarrázaval aprovechen todas las potencialidades e
instalaciones que poseen en pro de los aprendizajes de sus estudiantes. Muchas
veces una opinión externa los incentiva a romper barreras e ir más allá
implementando nuevas metodologías. Nos alegra que la Escuela Agrícola Las
Garzas hayan tomado nuestra humilde sugerencia y hoy nos puedan contar esta
maravillosa experiencia pedagógica”, afirma León Urruticoechea, director de
Gestión en Educación de la Fundación Irarrázaval.
Hoy los alumnos de
III y IV Medio realizan toma y recepción de muestras, análisis y utilización de
materiales y redacción de informes, como parte de su malla curricular.
“Primero, en clases se les explica lo teórico, el paso a paso y la utilidad de
estos análisis, cómo se elaboran, cómo se ocupan. Luego de eso, entran al
laboratorio”, explica Jaime Bascuñán.
El director cuenta
que han visto cómo la práctica en el Laboratorio ha ido más allá del
conocimiento de la investigación: “hemos incentivado el tema del orden y la
presentación. Cosas que les pueden servir para diferentes aspectos de su vida.”
Para que los alumnos
puedan utilizar el Laboratorio de la mejor manera, se organizan grupos de cinco
estudiantes, quienes acceden en el momento que la investigación lo requiera y
sin interrumpir el trabajo diario de los analistas profesionales, de manera de
sumar a su labor.
El año pasado,
gracias a fondos obtenidos por haber sido elegidos Liceo Bicentenario, realizaron
una ampliación del laboratorio y construyeron una sala especial para que los
alumnos puedan realizar sus actividades.
Rodrigo Canales,
subdirector del establecimiento, cuenta muy orgulloso que “con esto crecemos
como Escuela. A veces en los establecimientos técnicos profesionales se ve bien
la teoría, pero falta lo práctico. Eso ayuda mucho a los alumnos, porque logran
entender el proceso técnico y lo práctico. Ya no es algo lejano. En el futuro
les va a tocar hacer todas las cosas que aquí aprenden”.
Para ambos directivos
de la Escuela Las Garzas, los estudiantes se ven muy contentos por estos
avances. “Hemos visto que a muchos alumnos engancharon y se les abrió el
panorama, lo ven como una opción para trabajar”, concluye el subdirector.
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